miércoles, 23 de noviembre de 2011

La matanza de Oradour-sur-Glane

Este artículo intenta reflejar un espeluznante suceso de la segunda guerra mundial. La Matanza de Oradour-sur-Glane fue el resultado del ataque de la 3ª Compañía del 1er Batallón del Regimiento Der Führer, de la División SS Das Reich de las Waffen-SS del III Reichen contra de los civiles indefensos presentes de la comuna francesa de Oradour-sur-Glane, el 10 de junio de1944, mientras tenía lugar la Batalla de Normandía. Aquel día fueron asesinadas 642 personas, 190 hombres fusilados, 245 mujeres y 207 niños ametrallados y quemados en la iglesia, casi todas las personas presentes en la población que además, vio destruida la mayor parte de sus edificios e infraestructuras tras su pillaje e incendio, quedando completamente en ruinas.
Al final de la guerra, las ruinas de la población fueron mantenidas en su estado por orden del gobierno francés, como recuerdo de este crimen y símbolo de los sufrimientos causados por la ocupación nazi.
En este lugar se puede apreciar como cogieron a la gente desprevenida y sin ninguna forma de escapar. Resulta un sitio desolador y a la vez interesante por su capacidad de trasladarte a esa época y ese suceso.
El sitio sin duda mas espeluznante es el final donde se encuentra el cementerio del pueblo. Alli esta un apartado dedicado a las victimas con un muro dedicatorio, y unos monumentos muy significativos. También justo en la puerta a través de un subterráneo podemos acceder a unas salas con vitrinas donde han conservado artículos de valor como monedas, juguetes,... para que la gente no pueda destrozar la maravilla de conservación que emprenden los franceses con este magnifico lugar.




Foto de una de las calles de este desértico lugar



 otra calle de esta impresionante ciudad de época


 restos de una carnicería




 el coche del doctor, delante de la farmacia




una de las muchas fuentes de manivela repartidas por toda oradour




la panadería del barrio



una de las viviendas en la cual se pueden apreciar varios radiadores de la calefacción



fachadas de edificios, cabe destacar la catenaria y las vías del tranvía aun intactas


una de las muchas bicicletas,curiosamente en relativo buen estado

un taller de costura, con diversas maquinas de coser en su interior.

Las vías del tranvía que recorrían el pueblo de punta a punta.

Uno de los muchos citroen que yace durmiendo en la ciudad.

Algunos objetos personales de la gente que vivía allí

una maquina de lavar ropa de la lavandería





poste de bomberos, allí guardaban las mangueras contra incendios.


Una de las muchísimas maquinas de coser que había por todas partes.




 Escuela de los niños


 Escuelo de las niñas




 Un enorme árbol y único testigo de todo lo ocurrido allí


 Maquinaria del taller del pueblo





 Dos camiones yacen en su sitio del sueño eterno


 Un cartel el taller del pueblo

 Contador de litros del taller


 Fachada del taller con una sorpresa, todavía conserva los carteles que allí habían colgados





Oradour-sur-glane
Por: Josep matarredona



sábado, 6 de agosto de 2011

Marmellar el pueblo maldito

El pueblo fantasma de Marmellar se quedó desierto y sin habitantes poco después de acabada la Guerra Civil. Las condiciones de vida en aquellos montes eran demasiado duras y el acceso a su núcleo urbano extremadamente complicado. En ese tiempo la naturaleza lo invadió todo. Corría la voz que entre sus ruinas se celebraban grandes fiestas nocturnas y a veces ritos extraños. A principios de la década de 1990, el lugar ya contaba con su propia aureola mágica, enclave ideal para imaginar misas negras y reuniones de espiritismo. Por esa razón, cuando se descubrió un cadáver en Marmellar la imaginación inevitablemente se disparó.A principios de julio de 1993, una pareja de cazadores encontraban el cuerpo calcinado de una mujer no identificada, de entre 20 y 30 años de edad, con melena larga y negra, en la iglesia del pueblo. Llevaba varios días allí, seguramente desde la pasada verbena de San Juan. En un principio se especuló con que podía tratarse de una joven alemana, desaparecida desde esa noche de su casa en El Vendrell, pero la Guardia Civil pronto descartó esta hipótesis.El cuerpo hallado presentaba evidentes signos de violencia y estaba en avanzado estado de descomposición. Justo frente a la puerta del templo se analizaron los restos de dos grandes hogueras y algunos signos satánicos que alguien había pintado en sus paredes exteriores. El caso nunca llegó a resolverse y la policía aventuró que el asesino había optado por una puesta en escena tan teatral para desviar la atención y ocultar mejor su identidad. Ni tan siquiera quedó probado que la víctima hubiese muerto en Marmellar. Pudo ser llevada allí ya cadáver, aprovechando la mala reputación que tenía el lugar. Eso disparó los rumores, que hablaban de una verbena sangrienta, de un secuestro que terminó en violación o de un ritual de magia roja.Aún estaba caliente el asunto cuando en 1996 se volvió a localizar otro cuerpo de una mujer joven en su término municipal. Esta vez en la urbanización Talaia del Mediterrani, una promoción que no llegó a terminarse por falta de compradores y que quedó abandonada, dejando un paisaje desolado de chalets y bloques de apartamentos a medio construir. Se trataba de Ana María Barba, de 19 años, empleada de una gasolinera en el municipio de l'Arboç del Penedés. La noche del 14 de febrero, uno o varios sujetos anónimos la habían atracado, llevándose la recaudación de 40.000 pesetas. Después la habían obligado a subir a un vehículo y se la habían llevado consigo, probablemente con la intención de forzarla. Por causas desconocidas la chica resultó muerta, quizás para eliminar a la testigo ocular del robo. Y apareció semidesnuda, también con signos de violencia, bajo unos maderos. El detalle de que en la gasolinera no se hubiesen llevado otros objetos de valor y la ubicación de los restos hizo pensar a más de uno que el móvil pudo no ser económico, sino que el autor o autores raptaron premeditadamente a Ana María con el único objetivo de abusar de ella. Y después la mataron para evitar que pudiera identificarles. El caso también quedó sin resolver.Desde entonces, la Pobla de Marmellar se ha convertido en un tema clásico entre los aficionados a las ciencias ocultas. Hay grupos de jóvenes temerarios que hacen excursiones hasta el pueblo maldito y después cuentan sus sensaciones en la red. Los hay que acuden a realizar psicofonías y sesiones de ouija. Otros sólo buscan un sitio apartado para hacer un botellón. Sea como sea, la especial fascinación que despiertan las viviendas deshabitadas se alía aquí con dos crímenes reales, confiriendo una atmósfera de misterio a estas ruinas.


-A continuación os dejo unas fotos de Marmellar 
realizadas en el año 2011.